Nuestra alimentación tiende a ser más liviana en verano, comemos más ensaladas y sopas frías como el gazpacho o el salmorejo. Cuando hace calor no nos apetece pasar mucho tiempo en la cocina preparando platos elaborados, preferimos resolver la comida cocinando un plato más sencillo. Sustituimos los guisos por ensaladas de pasta y los platos calientes por picadillos o verduras a la parrilla. Apenas sin darnos comer sano en verano resulta más sencillo que en invierno. Cuando las bajas temperaturas nos piden platos con un alto contenido graso que nos entonen el cuerpo.
Durante la época estival sudamos más y nuestra necesidad de mantenernos hidratados en más urgente que en invierno. Cuando los termómetros suben debemos incrementar nuestro consumo de líquidos. Esto no significa que tengamos que estar todo el día bebiendo agua, podemos consumir alimentos ricos en agua como la fruta y las verduras. El melón y la sandía son frutas de temporada con un alto contenido de agua.
También es interesante consumir bebidas isotónicas, batidos de frutas, sorbetes, zumos o sopas frías. Los helados de hielo también son una buena opción para reducir nuestra temperatura corporal y mantenernos hidratados.
LA DIETA DEL VERANO
La dieta ideal para el verano debe basarse en alimentos de fácil digestión. Estos son las frutas de temporada, los lácteos desnatados, cereales integrales ricos en fibra, pescado azul o blanco a la plancha o verduras cocinadas al vapor o a la parrilla. Todos estos alimentos son muy sencillos de preparas y nos permitirán tener digestiones más livianas al mismo tiempo que mantenemos una dieta saludable y equilibrada. Nuestro consejo es que no te salgas de esa lista y que evites tentaciones reduciendo tus visitas al supermercado, realizando una compra semanal totalmente planificada mediante una lista. Si creas un menú semanal variado y realista veras como puedes mantenerte en tu forma de forma saludable.
- Si tienes pensado pasar la mañana o la tarde en la playa llévate en una nevera un tentempié con algo de fruta y agua.
- Sustituye las patatas fritas por avellanas, cacahuetes, pistachos o nueces.
- Para evitar desagradables cortes de digestión espera al menos una hora y media o dos antes de volver a meterte en el agua.
- En verano es especialmente importante conservar los alimentos en su temperatura correspondiente, ya sea en frío o en calor, dado que los microorganismos (como bacterias) se reproducen en esta época.
- La alimentación debe estar vinculada con el ejercicio que realizamos, de forma que si vamos a hacer deporte después de comer nuestro menú debe ser mucho más ligero. Si estamos en la playa podemos aprovechar para practicar voleibol, nadar o trotar por la orilla.
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