La ansiedad es un estado emocional en el que la persona que la padece se siente inquieta, agitada y muy angustiada. Normalmente cuando alguien dice que tiene ansiedad se refiere a que siente un miedo irrefrenable cuando se enfrenta a situaciones que escapan de su control. Este temor es el reflejo de un conflicto emocional interno.
Sus síntomas suelen ser: aumento del ritmo cardiaco, presión en el pecho, mareos, náuseas, hormigueo u entumecimiento, sensación de pánico, sudoración excesiva y respiración descontrolada.
Estos síntomas se pueden controlar, sin necesidad de medicación, siguiendo una serie de rutinas diarias muy fáciles de llevar a cabo.
- Controlar los tics de la ansiedad: caminar de un lado para el otro dentro de una habitación, morderse las uñas, jugar frenéticamente con el cabello, mover el pie de forma repetitiva e inconsciente o darle vuelta a los objetos son conductas que nuestro cerebro percibe y que únicamente contribuyen a aumentar nuestro estado de ansiedad. Si somos capaces de tener estos tics bajo control en la mayoría de los casos evitaríamos que desencadenaran en una crisis.
- No dejes cosas por hacer, ya que la sensación de tener tareas pendientes contribuyen a aumentar nuestro estado de ansiedad. En muchos casos retrasamos el desempeño de algunas tareas porque no nos apetece hacerlas en ese momento, al final resulta que tenemos un montón de trabajo acumulado que nos supone una fuente de tensión. Sin embargo, si vamos resolviendo las cosas al tiempo que se nos van presentando estaremos eliminando de nuestra vida una fuente de problemas.
- Establece un horario para realizar todas las tareas propias de tu rutina diaria. Las personas ansiosas se mueven de un lado para el otro, comen de pie, hacen dos o tres cosas a la vez y nunca encuentran un momento para descansar, siempre tienen muchas cosas que hacer. Si asumimos nuestro día a día con este estilo de vida lo único que conseguiremos es que nuestro cerebro perciba las señales que nuestro cuerpo le envía y responda aumentado los niveles de ansiedad. Esto se convierte en un círculo vicioso que únicamente se pararía si disminuyéramos nuestro ritmo de vida.
- Aprende y practica diariamente técnicas de relajación y respiración para controlar los niveles de ansiedad. Si nos apuntamos a yoga o Tai Chi aprenderemos a afrontar nuestro rutina sin que ésta nos sobrepase, al mismo tiempo que mejoraremos nuestra condición física.
- Aprende a no exigirte tanto a ti mismo. Generalmente las personas que padecen de ansiedad son muy perfeccionistas, controladores y viven preocupados por los acontecimientos que están por llegar. Esta forma de ser les genera una ansiedad innecesaria y sin fundamento. La única forma de que estas personas controlen su ansiedad es que entiendan que a lo largo de la vida se suceden muchos cambios que alteran nuestra rutina diaria pero sobre los que no tenemos ningún control. Así que lo que debemos hacer es aceptarlo, entender la vida como una travesía y proponernos disfrutar del viaje.
Por último es muy importante que identifiques las situaciones o problemas que te generan ansiedad y aprendas a evitarlos, o al menos, a convivir con ellos de la mejor manera posible.