Las 10 fobias más comunes

br shutterstock 92231302 300x199 Las 10 fobias más comunesLa fobia se define como el temor irracional y desproporcionado que nos sumerge en un estado de angustia repentina y miedo incontrolado cuando nos enfrentamos a determinadas situaciones. La Organización Mundial de la Salud reconoce más de doscientos tipos de fobias que a su vez pueden dividirse en dos grandes grupos: las fobias sociales y las específicas.

Los principales síntomas que experimentan los fóbicos ante una situación que ellos consideran peligrosa son: taquicardia, temblores, sudor frío  y unas ganas irrefrenables de salir corriendo.

A continuación veremos diez de las fobias más comunes que existen en nuestra sociedad:

- Claustrofobia o  temor a los espacios cerrados. Las personas que la padecen evitan los lugares cerrados y con poca ventilación como los ascensores, los túneles o las habitaciones demasiado pequeñas o sin ventanas.

- Zoofobia o miedo a los animales sean salvajes o domésticos. Dentro de este grupo existen zoofobias más concretas hacia animales específicos como  las entomofobias (el miedo a los insectos) o la aracnofobia (el miedo a las arañas).

- Hematofobia o miedo a la sangre, las heridas o las inyecciones.

- Enoclofobia o miedo a las multitudes. Las personas que la padecen evitan ir a lugares muy concurridos porque las aglomeraciones les producen ansiedad.

- Aerofobia o miedo a los aviones. Posiblemente esta es la más común de las fobias, ya que únicamente un 5% por cierto de los pasajeros no sienten ningún temor ante la perspectiva de un viaje en avión.

- Brontofobia o miedo a los truenos, los rayos o cualquier otro fenómeno natural.  Esta fobia suele aparecer durante la infancia.

- Sociofobia o fobia a ser juzgado negativamente por la sociedad. Suele aparecer durante la juventud.

- Agorofobia o miedo a los espacios abiertos. Las personas que lo padecen no pueden estar al aire libre porque no se sienten seguros y experimentan una sensación extrema de desprotección.

- Acrofobia o miedo a las alturas. Las personas que la padecen evitan asomarse a balcones o azoteas y evitan a toda costa estar a más de dos pisos de altura.

- Necrofobia o miedo a la muerte, a morir dolorosamente. Estas personas no pueden presenciar escenas de muerte en la televisión o ver películas de miedo donde aparezcan cadáveres.

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Crisis de los 40 en ELLAS

BRshutterstock 157716200 300x196 Crisis de los 40 en ELLASNo cambian de pareja ni se compran coches caros, tampoco se obsesionan con su físico ni con el deporte de riesgo, pero las mujeres tienen su propia crisis de los 40 y sus síntomas hay que tenerlos bajo control.

Las mujeres afrontan la crisis de la mediana edad de una forma totalmente diferente a la de los hombres. Normalmente nos invade un sentimiento de angustia y de insatisfacción personal por no haber alcanzado todas nuestras metas y cada día nos asusta más la idea de que algo malo les ocurra a nuestros seres queridos.

Hombres y mujeres afrontan la crisis de los cuarenta de forma diferente y experimentan sentimientos completamente distintos; sin embargo las etapas del proceso por la que pasan son las mismas.

ETAPA I: CHOQUE

Un día te levantas y compruebas en el espejo que tu pelo necesita algo más que unas simples mechas para disimular las canas y que hace tiempo que tuviste que cambiar la crema hidratante por el antiarrugas. Caes en la cuenta de que los efectos negativos del tiempo pueden disimularse pero no detenerse y esto se convierte en una fuente constante de inseguridades.

ETAPA II: NEGACIÓN

Hay muchas mujeres que se niegan a aceptar su edad y continúan luchando con la báscula para ponerse esos vaqueros que usaban cuando tenían veinte años menos y aún no habían dado a luz ni una sola vez.

Debemos ser conscientes de que el tiempo pasa, los cuerpos cambian y que no pasa nada si los vaqueros de cuando íbamos a la facultad nos aprietan, es normal. Quizás sencillamente ha llegado el momento de darles una oportunidad a otros vaqueros.

ETAPA III: DEPRESIÓN

Llegas tarde al trabajo y estás a punto de perder el autobús, así que decides pegarte la carrera. A duras penas llegas a tiempo para rogarle al conductor que te abra y cuando lo hace te falta el aire y vas con la lengua fuera. Es en este momento cuando nos viene a la cabeza la gran comparación: “yo antes corría diez kilómetros al día y ni me cansaba y ahora no soy capaz ni de cruzar un semáforo corriendo sin ahogarme” y la realidad nos toma por sorpresa: con los años hemos perdido nuestra forma física.

Cuando comienzan a llegar los niños al matrimonio y el trabajo cada vez nos deja menos tiempo, las pocas horas que tenemos libres únicamente pensamos en descansar, no se nos ocurre apuntarnos a un gimnasio ni salir a correr cada tarde antes de cenar, así que es normal que el cuerpo se oxide.

ETAPA IV: ENFADO

Nos enfadamos con nosotras mismas por cómo hemos dejado que la situación se nos fuera de las manos. Nos fustigamos por haber permitido pasar de la 38 a la 44 y ese mismo enfado en muchos casos nos lleva a tomar cartas en el asunto, aunque solo sea por amor propio. Esa actitud puede ser positiva, ya que podemos canalizar nuestro cabreo en ganas de mejorar y ponernos de nuevo en marcha.

ETAPA V: ACEPTACIÓN

Lo más importante es que tomemos las medidas oportunas para aceptarnos tal y como somos, comprender que los estragos del tiempo son inevitables y buscar ayuda profesional si vemos que la situación nos supera.

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Crisis de los 40 en ELLOS

shutterstock 117837553 300x200 Crisis de los 40 en ELLOSEl término de Crisis de los 40 se ha acuñado para describir un periodo donde nos cuestionamos las bases de nuestra vida. En los hombres suele aparecer entre los 35 y los 45 años cuando comienzan a sentir la necesidad de demostrarse a sí mismos y a los demás que siguen siendo jóvenes.

También suelen sentirse inclinados a buscar nuevas experiencias, hacer cosas que no hayan hecho jamás, probar cosas nuevas, darse algún capricho o cambiar de imagen. En definitiva, quieren vivir intensamente y disfrutar del momento como si creyeran que la vida se acaba mañana.

Durante esta etapa muchos hombres deciden poner punto y final a su vida familiar o renunciar a la seguridad de sus empleos, ya que consideran que no encajan con su nueva concepción de vida.

Aunque todos los hombres no experimentan los mismos síntomas, los más comunes son:

 - Comienzan a preocuparse especialmente por su aspecto físico así que cambian su dieta por otra mucho más saludable y  se apuntan a un gimnasio.

- Necesitan ponerse a prueba constantemente y ver dónde está su límite, hasta dónde son capaces de llegar. Así que no es de extrañar que una mañana se levanten queriendo planear un salto en paracaídas o hacer un viaje para escalar el monte Everest.

- Deciden comprarse ese deportivo que soñaban tener desde que se sacaron el carnet de conducir y se ponen al día con las nuevas tecnologías. Un móvil de última generación o el alta masivo en redes sociales son algunas consecuencias de esta necesidad imperiosa que experimentan por sentirse jóvenes y vivos.

Todo esto los hace sentir más atractivos y por supuesto, más jóvenes. Sin embargo, tras esta crisis de identidad es obvio que hay algo más:

- Parejas con una rutina demasiado arraigada, horarios muy estrictos y una vida totalmente planeada que no deja tiempo para improvisar, disfrutar de tiempo libre o realizar actividades de ocio.

- Todos los hombres no experimentan esta crisis, los perfiles más vulnerables son: hombres inseguros con poco carácter y baja autoestima.

No obstante, la mayoría de ellos salen de este periodo de confusión cuando se dan cuenta que volver a los 20 no es tan divertido; salir de fiesta cada noche les cansa, tienen unas agujetas insoportables de las largas sesiones de entrenamiento diario a la que se someten y tener que teñirse las canas cada dos semanas es un auténtico tormento.

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Consejos para combatir el estrés

12 febrero 300x200 Consejos para combatir el estrésEl estrés es una reacción del organismo frente a una situación que percibe como una amenaza. Sus principales síntomas son: nervios, temblores, piel erizada, aceleración del pulso, sudoración excesiva y dilatación de pupilas.

Nuestro estilo de vida y una rutina demasiado exigente puede provocarnos un estado de tensión prologando. En QuieroSalud creemos que el modo de enfrentarse a una situación estresante es fundamental para que no nos sintamos desbordados por ella. Así que hemos pensando en cuatro sencillos pasos que te ayudarán a combatir el estrés:

Sé positivo: cuando estamos estresados los problemas  suelen parecernos más importantes de lo que realmente son.  Lo más importante es comenzar a trabajar cuanto antes en la solución, ya que una vez que comencemos a tomar medidas para resolverlo veremos como la preocupación que sentíamos va desapareciendo poco a poco.

Pide consejo: si tenemos que tomar una decisión importante o tenemos alguna duda sobre algo lo mejor es que busquemos una segunda opinión. Hablar con otras personas no solamente nos dará un punto de vista distinto, sino que además nos reconfortará.

No pierdas los nervios: golpear muebles, gritar o arrogar cosas al suelo no va a solucionar nuestro problema. Al contrario, incrementara nuestro estado de frustración.  No obstante, es normal perder el control de nuestros sentimientos cuando estamos enfadados.  En estos casos  es conveniente que nos alejemos del problema  e intentemos recuperar de algún modo la calma. ¿Cómo? Dando un paseo, escuchando música que nos relaje y nos anime, haciendo algo de deporte o dándonos un baño. Después veremos las cosas de otro modo.

Busca la solución: ahora ya estamos listos para resolver nuestro problema y poner punto y final a esa fuente de estrés. La idea es que no intentes resolverlo por completo y de una vez, ya que si no lo logras a la primera te  sentirás frustrado y esto empeorará la situación. Nuestro consejo es que intentes resolverlo poco a poco. Por ejemplo si has tenido una discusión con alguien del trabajo, habla con él e intenta aclarar la situación para que podáis  llegar a un punto de encuentro.  No hace falta que estéis de acuerdo en todo, pero ir cerrando temas pendiente te permitirá  avanzar hacia la solución final.

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Consejos para combatir la ansiedad

la foto 300x200 Consejos para combatir la ansiedadLa ansiedad es un estado emocional en el que la persona que la padece se siente inquieta, agitada y muy angustiada. Normalmente cuando alguien dice que tiene ansiedad se refiere a que siente un miedo irrefrenable cuando se enfrenta a situaciones que escapan de su control.  Este temor es el reflejo de un conflicto emocional interno.

Sus síntomas suelen ser: aumento del ritmo cardiaco, presión en el pecho, mareos, náuseas, hormigueo u entumecimiento, sensación de pánico, sudoración excesiva y respiración descontrolada.

Estos síntomas se pueden controlar, sin necesidad de medicación, siguiendo una serie de rutinas diarias muy fáciles de llevar a cabo.

  1. Controlar los tics de la ansiedad: caminar de un lado para el otro dentro de una habitación, morderse las uñas, jugar frenéticamente con el cabello, mover el pie de forma repetitiva e inconsciente o darle vuelta a los objetos son conductas que nuestro cerebro percibe y que únicamente contribuyen a aumentar nuestro estado de ansiedad. Si somos capaces de tener estos tics bajo control en la mayoría de los casos evitaríamos que desencadenaran en una crisis.
  2. No dejes cosas por hacer, ya que la sensación de tener tareas pendientes contribuyen a aumentar nuestro estado de ansiedad. En muchos casos retrasamos el desempeño de algunas tareas porque no nos apetece hacerlas en ese momento, al final resulta que tenemos un montón de trabajo acumulado que nos supone una fuente de tensión. Sin embargo, si vamos resolviendo las cosas al tiempo que se nos van presentando estaremos eliminando de nuestra vida una fuente de problemas.
  3. Establece un horario para realizar todas las tareas propias de tu rutina diaria. Las personas ansiosas se mueven de un lado para el otro, comen de pie, hacen dos o tres cosas a la vez y nunca encuentran un momento para descansar, siempre tienen muchas cosas que hacer. Si asumimos nuestro día a día con este estilo de vida lo único que conseguiremos es que nuestro cerebro perciba las señales que nuestro cuerpo le envía y responda aumentado los niveles de ansiedad. Esto se convierte en un círculo vicioso que únicamente se pararía si disminuyéramos nuestro ritmo de vida.
  4. Aprende y practica diariamente técnicas de relajación y respiración para controlar los niveles de ansiedad. Si nos apuntamos a yoga  o Tai Chi aprenderemos a afrontar nuestro rutina sin que ésta nos sobrepase, al mismo tiempo que mejoraremos nuestra condición física.
  5. Aprende a no exigirte tanto a ti mismo. Generalmente las personas que padecen de ansiedad son muy perfeccionistas, controladores y viven preocupados por los acontecimientos que están por llegar. Esta forma de ser les genera una ansiedad innecesaria y sin fundamento. La única forma de que estas personas controlen su ansiedad es que entiendan que a lo largo de la vida se suceden muchos cambios que alteran nuestra rutina diaria pero sobre los que no tenemos ningún control. Así que lo que debemos hacer es aceptarlo, entender la vida como una travesía y proponernos disfrutar del viaje.

Por último es muy importante que identifiques las situaciones o problemas que te generan ansiedad y aprendas a evitarlos, o al menos, a convivir con ellos de la mejor manera posible.

Celos entre hermanos

22enero 300x200 Celos entre hermanosLos celos podrían definirse como la sensación de inquietud o frustración que experimentamos al creer que nuestro cariño no es correspondido o, al menos, no lo es con la intensidad que deseamos.

Habitualmente, el comportamiento de la persona que siente celos comprende la envidia y el recelo por la tercera persona, a quien ve como un rival con el que compite por un cariño. En la mayoría de los casos, los celos provocan una distorsión de la realidad ya que la persona que los padece observa los hechos que suceden a su alrededor subjetivamente.

Los celos pueden aparecer motivados por un sinfín de causas, pero durante la infancia existen momentos concretos que pueden predisponer su aparición, como puede ser el nacimiento de un hermano.

¿Cómo tratar este problema en casa?

Lo primero que debemos hacer es preparar psicológicamente a nuestro hijo desde el mismo momento en el que nos enteremos que vamos a ser padres de nuevo, así contaremos con el tiempo suficiente para que el niño se prepare para la nueva situación familiar.

Cuando el bebé llegue a casa debemos procurar trastornar lo menos posible la rutina de  nuestro hijo mayor. Así el niño comprenderá que no tiene porqué alarmarse ya que su vida continúa siendo la misma.

Si observamos que nuestro hijo mayor demanda más atención de la habitual por el mero hecho de probar nuestro cariño debemos hablar con él y hacerle entender la nueva situación. Tranquilamente le explicaremos que ahora su hermano menor necesita la atención de toda la familia, incluida la suya, porque es más pequeño y por tanto, más vulnerable. Si el niño constata que sus padres lo necesitan para cuidar de su hermano se implicará mucho más en la tarea y dejará los celos a un lado. Lo importante es que él se sienta completamente parte del núcleo familiar que ahora mismo está volcado en la tarea de cuidar a su hermano menor. Es importante que nunca lleguemos al extremo de que el mayor considere una carga cuidar del pequeño.

En ningún caso, compararemos a los dos hermanos. Esa es una actitud de mal gusto a cualquier edad pero durante la infancia además puede hacer mucho daño. Las comparaciones entre hermanos  sólo incitan los celos entre ellos.

Estableceremos un horario de actividades a lo largo del día donde reservaremos momentos para atender las necesidades de uno y del otro.  Por último, también sería conveniente que les demos tiempo para que estén a solas, se conozcan y fortalezcan su relación.

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