La obesidad es una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo que pone en peligro nuestra salud. La Organización Mundial de la Salud considera la obesidad como una pandemia mundial y calcula que en 2015 más de 700 millones de personas serán obesas.
La mitad de los españoles adultos son obesos o tienen problemas de sobrepeso, cuestión que afecta a un 28% de los niños españoles. Los expertos calculan que el 80% de los menores que actualmente tienen problemas de sobrepeso cuando sean adultos continuarán padeciéndolos si no mejoran sus hábitos alimenticios.
El término “sobrepeso” no es sinónimo de “obesidad”. Cuando una persona tiene un peso por encima de lo recomendado para su edad y su altura se considera un problema de sobrepeso. Esto se calcula mediante el Índice de Masa Corporal (IMC).
Cuando una persona tiene un IMC superior al 30 se considera obesa; mientras que si se encuentra entre el 25 y el 29,9 los expertos estiman que tiene un problema de sobrepeso. Los niños que experimentan problemas de sobrepeso cuando llegan a la edad adulta derivan en obesidad. Así que es conveniente que los problemas de peso se comiencen a tratar cuanto antes para que la salud y la calidad del menor no se vean afectadas.
En QuieroSalud hemos recopilado una serie de consejos que pueden ayudar a los padres a prevenir la obesidad en sus hijos:
- Elimina la bollería industrial, el chocolate y los dulces de la lista de la compra. Estos son alimentos con una composición nutricional pobre o nula y ricos en grasa, por esta razón debemos evitar tenerlos en casa, ya que suponen una tentación para los pequeños.
- El desayuno es la comida más importante del día, así que debemos procurar que tomen un desayuno completo para que puedan afrontar la rutina diaria despiertos y con energía.
- Debemos acostumbrar a los niños a comer verduras. Si un niño come con total normalidad vegetales, no como algo excepcional y casi traumático, él mismo lo verá como un alimento más.
- Fruta de postre. Al igual que en el caso de las verduras, debemos hacerles ver a nuestros hijos que la fruta forma parte de su alimentación diaria. Una buena opción es ofrecérselas de postre, ya sean peladas o en batidos.
- No debemos utilizar los alimentos como recompensas o castigos. Si asociamos el chocolate con la recompensa y las verduras con el castigo; erróneamente nosotros mismos estaríamos diciéndoles a los niños que deben considerar apetecible y que no.
- Los menores deben practicar deporte a diario. Apuntarlos a cursos extraescolares con sus compañeros del colegio donde practiquen natación, fútbol o cualquier actividad que les permita hacer ejercicio.
- Los fines de semana debemos salir con los niños al campo o a jugar al aire libre, para que se mantengan la mayor parte del tiempo activos y reduzcan las horas que dedican a actividades sedentarias como jugar a la consola o ver la televisión.
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