La leche materna es el mejor alimento para un recién nacido y el mejor seguro de vida para los bebés con menos de seis meses de vida. Así lo refleja diversos estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por esta razón, dicha organización recomienda comenzar con la lactancia materna durante la primera hora de vida del pequeño y que las tomas se realicen cada vez que el recién nacido lo demande, sin importar qué hora es. Es más, se recomienda que durante el primer semestre evitemos que el bebé use chupete o biberón.
BENEFICIOS PARA EL BEBÉ
La leche materna aporta al recién nacido todos los nutrientes que necesita para mantenerse sano y fuerte. Asimismo contiene anticuerpos que previene al bebé de enfermedades como la neumonía o la diarrea, las principales causas de mortalidad infantil.
También se han detectado beneficios a largo plazo en aquellos adultos que de bebés se alimentaron de la leche de sus madres. Concretamente, los adultos que tuvieron lactancia materna mantienen su presión arterial más baja, padecen menos de colesterol y se detectan menos casos de sobrepeso, obesidad y diabetes del tipo 2. Incluso existen estudios que demuestran que las personas que se alimentaron de leche materna durante los primeros meses de vida son más inteligentes.
BENEFICIOS PARA LA MADRE
La lactancia materna también beneficia a la madre, ya que previene el cáncer de mama y ovarios; además ayuda a la madre a recuperar el peso que tenía antes de quedarse embarazada.
APOYO A LA MADRE
La OMS recomienda que todas las madres tengan una baja materna de 16 semanas como mínimo para que pueda recuperarse completamente del parto y amamantar a su bebé durante sus primeros meses de vida. Muchas mujeres deben renunciar a dar el pecho a sus hijos ya que tienen que incorporarse de inmediato al trabajo y no tienen tiempo.
Una vez transcurridos los primeros seis meses de vida, la OMS recomienda incorporar a la dieta del bebé nuevos alimentos pero sin interrumpir la lactancia. Estos alimentos deben suministrarse con cuchara o en biberón. No debemos preocuparnos si al pequeño le cuesta un poco adaptarse a esta nueva etapa, es lo normal.
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