La mujer experimenta diversos cambios físicos y psicológicos durante el embarazo. Los cambios en el cuerpo hacen que pierdan agilidad. Así que es conveniente que desde los primeros meses de embarazo practiquen ejercicio regularmente.
Las prácticas deportivas ideadas para el periodo de gestación tienen como objetivo estimular la circulación sanguínea, mantener el peso y el tono muscular. El Pilates reúne estas cualidades y su práctica regular favorece un embarazo tranquilo y un parto sin sobresaltos.
¿Qué es el pilates?
Es un método creado en los 60 para mejorar la elasticidad sin aumentar el volumen del cuerpo. Además permite reducir el estrés y la ansiedad mediante ejercicios de respiración.
¿Por qué es bueno para las mujeres embarazadas?
El Pilates alivia las molestias habituales del embarazo mediante suaves estiramientos. Esta técnica es perfecta porque puede adaptar su intensidad a las distintas etapas del embarazo.
Durante el periodo de gestación fortalece el abdomen, los brazos y las piernas. Además disminuye la tensión muscular, mejora el sueño y reduce la curva lumbar propia del aumento de tamaño del abdomen.
En el parto aumenta la resistencia corporal y permite un mejor control de la respiración. Las mujeres que practican pilates durante el embarazo tienen partos más cortos y menos cesáreas. Además suelen recuperar antes la figura.
El pilates está completamente desaconsejado en algunos casos: enfermedad cardiaca, riesgo de aborto o parto prematuro, diabetes gestacional, enfermedad pulmonar o rotura prematura de membranas.
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