Una dieta equilibrada

shutterstock 54212218 300x300 Una dieta equilibradaEl cuerpo necesita un aporte de nutrientes y vitaminas específico para hacer frente al gasto energético diario. Una dieta equilibrada, donde estén presentes todos los grupos alimenticios, cubrirá las necesidades nutritivas de nuestro organismo.

Para configurar nuestro plan nutricional primero debemos conocer los alimentos, saber qué nos aportan y en qué cantidad debemos incluirlos en nuestra dieta.

Grasas                                              

Las grasas deben constituir el 25% del aporte nutricional total. Aunque no debemos abusar de los alimentos con alto contenido en grasa, tampoco pueden eliminarse completamente de la dieta ya que nos ayudan a mantenernos activos y con energía.

Lo que sí es importante es que al menos un 15% de esas grasas sean monoinsaturadas. Este tipo de grasas podemos encontrarla en el aceite de oliva y los frutos secos.

Proteínas

El 20% de nuestro aporte nutricional diario debe estar constituido por proteínas. La carne y el pescado son alimentos proteicos. No es conveniente abusar de las carnes rojas y hay que prestar atención al método de cocción que elijamos: es preferible evitar freírlos y optar por hornear los alimentos o cocinarlos al pavor.

Hidratos de Carbono

Los hidratos de carbono deben constituir el 55% del aporte nutricional. Podemos encontrarlos en los cereales, la fruta, las legumbres y la pasta. Además estos productos son ricos en fibra, perfecta para regular nuestro tránsito intestinal. Siempre deberemos optar por la versión integral de estos alimentos.

Además de los macronutrientes, nuestra dieta debe incluir:

Verduras y frutas

La verdura y la fruta son alimentos ricos en vitaminas y minerales, tienen un alto contenido en fibra y su aporte calórico es mínimo. Los especialistas recomiendan ingerir cinco porciones al día.

Lácteos

El consumo de lácteos es fundamental para que nuestros huesos permanezcan sanos y fuertes. Los yogures o la leche desnatada son fuentes de calcio.

Una dieta equilibrada y saludable reducirá el riesgo de padecer una afección cardiaca y mejorará nuestro sistema inmunológico. También nos ayudará a estar en forma y a mantenernos en nuestro peso.

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Preparar la piel para el frío

Durante el otoño se produce un descenso considerable de las temperaturas y los días son más húmedos.  Así que debemos preparar nuestra piel para las condiciones climatológicas propias de esta estación del año.

shutterstock 82411510 300x199 Preparar la piel para el frío

El primer paso es limpiar nuestro rostro mediante un tratamiento exfoliante. No es necesario que acudamos a un centro de belleza para que nos realicen una exfoliación, actualmente existen muchas marcas de cosméticos que ofrecen un producto exfoliante para el cuidado diario de la piel.

Debemos prestar un cuidado especial a nuestros ojos, ya que las bolsas y las ojeras restan frescura y luminosidad al rostro. Podemos  aplicarnos un contorno de ojos que disminuya el hinchazón de los párpados y disimule las ojeras.

La piel de nuestro rostro necesita un aporte extra de hidratación para hacer frente al frío. El ácido hialurónico o el agua termal, además de hidratarnos la piel, favorecen la circulación sanguínea y eliminan toxinas al mismo tiempo que disimulan las líneas de expresión y mejoran la pigmentación de la piel.

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La educación infantil

31 octubre 300x200 La educación infantil Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Desean que sean felices, inteligentes y amables con los demás. Así que es fundamental ofrecerles una educación que les permita crecer como persona al mismo tiempo que desarrollan su propia personalidad.

Los padres son seguramente las personas más importantes de nuestras vidas e influyen decisivamente en los hombres y mujeres que seremos el día de mañana. Por eso, la opinión que nuestros progenitores tienen de nosotros es fundamental para el desarrollo de nuestra autoestima.

Esta influencia es más evidente durante los primeros años de vida. Para un niño de corta edad sus padres son todo su mundo y gracias a ellos se sienten queridos y protegidos. Los  niños aprenden imitando y sus padres son sus principales modelos de conducta. Así que deben esmerarse en ser buenos ejemplos para ellos. A un niño no se le puede insistir en que fumar es malo mientras sostenemos en la mano un cigarro encendido. Los padres deben ser consecuentes y dar ejemplo a través de su comportamiento.

Nuestros padres suelen indicarnos qué rol desempeñamos en casa y en la vida. Es normal que se refieran a nosotros como “el responsable”, “la tímida” o “el rebelde”. Las expectativas de nuestros padres son muy importantes y a todos nos resulta especialmente complicado defraudar a un padre.

A los niños hay que fomentarlos para que desarrollen su propia personalidad y su carácter. Los padres deben aceptar a sus hijos tal y como son sin imponerles sus propias expectativas. Así les ayudaran a ser auténticos y francos consigo mismos y con los demás. Serán niños valientes sin miedo a mostrarse tal y como son por temor al rechazo.

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