Estar embarazada en verano puede llegar a resultar agobiante e incómodo. El calor, unido a la falta de movilidad y a las molestias típicas del estado de gestación es un hándicap con el que muchas mujeres tienen que lidiar estos meses. En QuieroSalud hemos recopilado algunos consejos para hacer más llevaderos el verano a las futuras mamás:
Ropa y el Calzado
Las prendas premamá de colores claros te ayudarán a sobrellevar esta etapa con un poquito menos de calor. Es ideal que llevéis ropa cómoda como vestidos de tejidos naturales. También es importante que no aprieten ni quede demasiado ceñidos para que no te hagan sudar. Lo mismo ocurre con el calzado, te sentirás más cómoda si son sandalias planas y te quedan holgadas.
Sol
Cuando estás embarazada y te expones al sol, tienes un riesgo mayor de que te salga cloasma o melasma, que es un oscurecimiento de la piel, especialmente en el rostro. Así que aplícate protección solar todos los días, usa gorra o sombrero y protege tu rostro del sol. El cloasma generalmente es muy difícil de eliminar incluso después del embarazo.
Hidratación
Es aconsejable que bebas 2 litros de agua al día e incluso algo más los días que son especialmente calurosos así evitaremos sufrir episodios de deshidratación.
Las temperaturas altas son especialmente peligrosas para las mujeres que están en estado de buena esperanza. Durante el primer trimestre, el calor excesivo puede provocar defectos de nacimiento, fundamentalmente, defectos del tubo neural tales como espina bífida. Por ello no es aconsejable tomar baños muy calientes, o usar jacuzzis y saunas.
Cuando una mujer embarazada se le eleva demasiado la temperatura y deshidrata, el músculo uterino tiende a contraerse, lo que podría derivar en un parto prematuro. La deshidratación también puede provocar infecciones del trato uterino y desmayos. Así que procura llevar siempre contigo una botella de agua fresca.
Alimentación
Es fundamental cuidar la alimentación y evitarse las comidas abundantes y pesadas. En verano es normal que tu apetito baje, por eso puedes aprovechar las horas más frescas, como el desayuno, para comer de manera más completa y durante el día prepárate platos ligeros. Para las cenas puedes recurrir al pescado, de esta manera obtendrás los nutrientes necesarios sin sentirte pesada.
También debes tomar alimentos ricos en fibras, como son las frutas y las verduras. Además estos alimentos te ayudan a mantener correctamente hidratado tu organismo.
Deporte
El ejercicio es muy importante para mantenerse en forma. Las caminatas, el yoga y la natación se recomiendan a las mujeres embarazadas para mantenerlas activas, al mismo tiempo que logran controlar su peso. Aprovecha el agua fría de la piscina para aliviar las piernas cansadas. Eso sí, no hagas inmersiones en profundidad ya que la presión podría ser perjudicial para el feto.
Descanso
Tenemos la excusa perfecta, descanso por prescripción facultativa. Es aconsejable que se tomen un descanso en las horas en las que hace más calor, por lo que aprovecha y duerme una siesta a mediodía o disfruta de unas horas de descanso viendo la televisión tumbada sobre la cama o el sofá.
A las embarazadas en verano suelen hinchársele los pies y las piernas, el mejor remedio es dar largos paseos para activar la circulación y descansar, o dormir, con los pies en alto.
Si sigues nuestros consejos podrás disfrutar de un verano tranquilo mientras espera que llegue tu bebé.
Visita nuestra web en www.quierosalud.es