A la hora de contratar un seguro de salud, cabe la posibilidad de valorar si sería más ventajoso contratar este seguro de forma individual o para toda la familia. Las compañías aseguradoras ofrecen ofertas muy atractivas en la contratación de pólizas para toda la familia, reduciendo los precios por persona si se contrata una póliza familiar.

Como ocurre con los seguros de salud para particulares, podremos encontrar seguros de cuadro médico y de reembolso de gastos. Con el primero, podremos acceder a un amplio cuadro de médicos concertados con la compañía aseguradora, y con el segundo, podremos elegir el médico al que asistir, reembolsando la compañía con posterioridad un porcentaje del importe de la factura, previamente abonada por el asegurado.

¿Qué coberturas serán necesarias para una familia?

La demanda sanitaria de una familia no tiene por qué ser distinta a la demandada por cualquier persona que cuente con un seguro de salud individual. No obstante, si hablamos de una familia compuesta por los padres, e hijos, tendremos más demanda de atención pediátrica para los niños, y asistencia dental sobre todo para los más pequeños.

Otras de las coberturas comunes en las pólizas familiares pueden la ser la asistencia de urgencias en viajes al extranjero, servicios de orientación médica y psicológica y servicios de planificación familiar como vasectomía, ligadura de trompas o implantación del DIU. Además en algunas pólizas familiares podemos encontrar la existencia de indemnizaciones económicas en caso de fallecimiento del tomador del seguro.

No obstante, aunque se trate de una póliza familiar, que incluya a varios miembros de la misma familia, se tendrán en consideración la edad de los asegurados o la localidad en la que residan, como ocurre con las pólizas individuales de salud para calcular el precio del seguro.

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El concepto de retribución flexible está calando de forma considerable en las estructuras empresariales para motivar e incentivar a sus empleados, no solo mediante el incremento del salario sino con retribuciones que se adapten a sus necesidades. Con este tipo de retribuciones los empleados incrementan su motivación y la fidelización para con la empresa.

Entre los productos más demandados y más habituales a la hora de ofrecer a los empleados se sitúan los seguros de salud, planes de jubilación, cheques comida, tickets de guardería o pago del abono transporte. Este tipo de retribución, aparte de generar un beneficio evidente para el trabajador, viendo incrementada su retribución salarial, y obteniendo un beneficio individual y personalizado, genera un beneficio para la empresa. La empresa conseguirá que el empleado se vincule de forma más estrecha con la empresa y además podrá beneficiarse de distintas ventajas fiscales, ya que es al 100% deducible del impuesto de sociedades.

Uno de los servicios ofrecidos como estrella en la retribución flexible es el seguro médico privado, siendo el beneficio social mejor valorado por los trabajadores y con el que cuentan 3 de cada 10 empleados en España. Por el contrario, de los que no cuentan con este complemento salarial, 8 de cada 10 desearían disponer de este tipo de retribución. Numerosos estudios corroboran la relación existente entre la contratación de un seguro de salud por parte de la empresa como retribución flexible para sus empleados, y el beneficio que este hecho reporta a la propia empresa, ya que se incrementa la productividad laboral y se reduce el absentismo.

Además las distintas compañías aseguradoras diseñan productos y paquetes a la medida de las empresas, atendiendo a las necesidades de sus empleados, incluyendo coberturas adicionales como pueden ser la inclusión de pólizas dentales, coberturas como los gastos de farmacia o servicios adicionales relacionados con el bienestar como la homeopatía, la acupuntura o la naturopatía.

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El precio de un seguro de salud depende de múltiples factores que deberemos valorar a la hora de contratar un seguro u otro. Nadie duda de que el precio de un seguro de salud venga determinado por las coberturas de la póliza, así como de las prestaciones y médicos que se ofrecen desde la compañía. Si elegimos un seguro de salud de cuadro médico, tendremos a nuestro alcance los especialistas que la compañía ofrece y el coste de la prima será menor que si elegimos un seguro de reembolso de gastos, donde nosotros podemos elegir al médico al que queremos acudir y la compañía nos reembolsará un porcentaje del coste de la factura.

Del mismo modo, el precio del seguro variará en función de si hemos contratado una póliza con copago o sin copago. El copago es una fórmula utilizada por las compañías aseguradoras, mediante la que hacen partícipe al asegurado del coste de los servicios sanitarios. Es decir, por cada acto sanitario, como visitar un especialista, el asegurado debe pagar una cantidad fija y previamente fijada en el contrato de seguro.

Al mismo tiempo, hay otros factores menos conocidos y que influyen de manera determinante en el precio del seguro de salud como son la edad del asegurado, o la localidad en la que reside. Hasta 2011, el sexo del asegurado era un factor que influía de forma decisiva en el precio definitivo del seguro de salud, y sobre el que el Tribunal Europeo de Justicia dictó una sentencia para impedir que este punto fuera considerado para fijar el coste de las pólizas.

Edad del asegurado

Las compañías aseguradoras marcan los precios de sus pólizas atendiendo a la edad de los asegurados. Para ello, aplican unas escaladas de edad, mediante las que a mayor edad, mayor será el precio de nuestro seguro de salud.

Localidad de residencia

Curiosamente, el lugar donde residamos determina igualmente el precio del seguro de salud. En función de la provincia en la que se ubique nuestro domicilio el precio podrá variar respecto a otras provincias.

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Cuando se aproxima el final de un año solemos hacer balance de todo lo bueno y lo malo que nos ha deparado estos últimos doce meses. Este es el momento en el que nos proponemos mejorar algunas actitudes para hacer del 2014 un año todavía mejor.

La lista de propósitos saludables cargada de buena voluntad no puede faltar: apuntarnos a un gimnasio, comer sano, dejar de fumar… En QuieroSalud queremos ayudarte a cumplir con tu lista de propósitos para el año que viene y daros algunos consejos:

Hacer más deporte: quizás si nunca hemos hecho ejercicio y nuestro estilo de vida es sedentario, apuntarse a un gimnasio sea un propósito demasiado ambicioso. Nosotros te proponemos que comiences poco a poco, saliendo a dar un paseo por el barrio al menos tres o cuatro veces por semana. Piensa que siempre será mejor hacer algo de ejercicio que no hacer nada. Además, si nos ponemos objetivos fuera de nuestro alcance lo único que conseguiremos es frustrarnos y que terminemos tirando la toalla al poco tiempo.

Comer de forma saludable: podemos comer bien y no privarnos de nada, siempre y cuando aprendamos a controlarnos.  ¿Podemos comer chocolate? Si claro, una dieta equilibrada puede incluir de todo, también chocolate. El secreto reside en saber qué comemos y cuándo.

No pasa nada si un par de veces por semana nos damos el capricho de tomar chocolate, ten en cuenta que es preferible el chocolate negro al chocolate con leche porque tiene menos grasa y que es mejor consumirlo durante el desayuno que después de la cena, así  nuestro cuerpo podrá quemar esas calorías a lo largo de la jornada.

Dejar de fumar: el comienzo de un nuevo año suele convertirse en el momento idóneo para abandonar este mal hábito que además de ser perjudicial para la salud cada día es más caro. Las personas que quieren dejar de fumar deben saber que con fuerza de voluntad y el apoyo de los seres queridos se puede lograr.

Te aconsejamos que identifiques los momentos del día que más ganas tienes de fumar y que cambies tus rutinas relacionadas con ese momento. Por ejemplo, si normalmente a las once de la mañana sueles hacer un descanso en el trabajo para ir a tomar un café y fumarte un cigarro, intenta sustituir el café por un zumo de naranja – para evitar que asociemos el sabor del café con el del tabaco- y el cigarro por una pieza de fruta o una barra de cereales, de este modo también mejorarás tu alimentación.

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El IPC sanitario es un índice que mide la evolución del gasto médico. Para entender el IPC sanitario, es necesario conocer qué es el IPC general. Según el Instituto Nacional de Estadística el IPC o Índice de Precios de Consumo es una medida de la evolución de los precios de bienes y servicios que conforman la  cesta de la compra de los españoles. Es decir, es un indicador de cuanto se ha encarecido o abaratado el consumo de las familias, basándose en los productos más habituales  que conforman la cesta de la compra.

El IPC sanitario por tanto recoge los servicios sanitarios consumidos por las familias y se concreta en los siguientes servicios, los servicios médicos y paramédicos, los medicamentos y otros productos farmacéuticos, servicios dentales y los servicios hospitalarios. La evolución del coste del conjunto de estos servicios determina el valor del IPC sanitario.

¿Para qué se utiliza el IPC sanitario?

Como ocurre en otros ámbitos, para poder determinar cuánto incrementar el coste de un servicio, y que este incremento sea acorde a la realidad, se aplica una medida estadística como es el IPC. Así para determinar las subidas de primas de los seguros de salud, se aplica el IPC sanitario. Con este indicador, las compañías aseguradoras ajustan las primas de los seguros de salud que comercializan a la subida marcada por el IPC sanitario. No obstante, el ajuste de primas no solo se realiza con el IPC, sino que para ello las compañías aseguradoras valoran los costes que suponen los nuevos tratamientos y coberturas que ofrecen y que cada vez son más sofisticados y costosos, así como la siniestralidad de cada compañía respecto a sus clientes.

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